viernes, 13 de diciembre de 2013

No future [?]

No acostumbo a traer posteos pesimistas a este blog. Pero lo sucedido hace un par de días me dejó realmente una profunda tristeza. Bronca, impotencia. Decepción, desconfianza. Alicaimiento. Llámenlo como quieran, pero como tal me produjo más de una cosa en la que pensar.
La situación del país, de más está decirlo, no es la mejor. El 10 último se vieron 2 polos prácticamente opuestos: por un lado, el conflicto desatado en Tucumán, Santa Fe y otras provincias; y por el otro, los festejos por los 30 años de la vuelta ininterrumpida de la democracia a la Argentina.
Vamos por partes: tenemos en el primer flanco a la policía pidiendo $8100 de sueldo básico. Hijos de mil putas: corruptos, ineficientes, represores, liberan zonas, desaparecen gente (Luciano Arruga, por caso), cómplices de las redes de trata y todavía reclaman más plata. Para colmo, como el resto de los gendarmes vio que la estrategia en Córdoba funcionó, copiaron. Y la gente -lógicamente- entró en pánico.
En otro costado, los festejos en Plaza de Mayo.Todo bien (¿todo bien?) con celebrar el aniversario, pero sinceramente no me parecía el momento adecuado. Y no creo que hubiese sido una falta de respeto ni algo por el estilo el posponer los festejos para más adelante. Yo no sé si los saqueos estaban organizados o no, no me da esa sensación -ojalá me equivoque, ya que mejores argumentos no tengo- pero me pongo en la piel de alguien que no ha sido criado con cultura del trabajo hace ya 3 o 4 generaciones, y no veo una coincidencia en que dicha gente salga a robar -sea lo que robe. Es triste, pero en un punto tiene sentido.
En otras palabras, ¿estamos seguro de lo que festejamos? Preferiría afirmar que van 30 años de la retirada formal y práctica (excepto por los levantamientos) de la última dictadura militar antes que por un sistema político que ha pocos ha dejado y deja algo realmente. No es lo mismo democracia política que democracia económica, y bien valdría preguntarse cuál se festeja. Pero partamos de la base: 'democracia' etimológicamente significa que es el pueblo quien toma las decisiones. Ahora bien, ¿el pueblo toma las decisiones o elige a quienes toman las decisiones por el? Estos electos, ¿son el pueblo? ¿Lo representan? ¿O son unánimes representantes de un sistema que constantemente pudre por dentro? ¿Cuántas pruebas más necesitamos para ver que el poder corrompe? No importa qué tan buenas intenciones se tenga u honesto se sea, el ambiente sucio termina por tragárselo a uno, como personas que somos y comunidad social que conformamos. Lo lamentable que queda después es que, perpetuándose por distintos tiempos y nombres, los partidos políticos terminan por disputarse el poder por el poder mismo -como bien dijo George Orwell en 1984.
No estoy seguro de tener que festejar por un sistema que "garantiza" la libre expresión y pensamiento porque eso ya debería ser así. ¿Quién es quién para venir a decirme "estás libre de pensar y decir lo que quieras"? Suficiente es la presión social como para encima tener que soportar que un sistema me avale políticamente -aunque económicamente se cague en mí.
Argentina está virando lentamente al derechismo otra vez (Vaca Muerta/Chevrón; el préstamo por 3 mil 300 millones de dólares al Banco Mundial) y el descontento general, sumado al inflador de miedos que son los medios, le está abriendo una puerta enorme al liberalismo para el futuro -vade retro Macri 2015.
Yo soy alguien que está estudiando periodismo y próximamente estudiará música. Teniendo en cuenta que los diarios han endurecido sus líneas editoriales, se lee más en digital que en papel -se los dice un canillita- y las editoriales esclavizan a sus escritores; mientras que la gente descarga más música en vez de comprarla, la competencia es feroz, los espectáculos son cada vez más reducidos por un tema costos/entradas, la verdad es que temo por mi futuro.

Temo, porque no sé realmente qué va a pasar, a dónde vamos a ir o qué nos va a guiar en un mundo donde el progreso va más rápido que el humano. Porque, si en nuestro suelo vuelven a remar políticas de las que aún sufrimos consecuencias -sí, los '90-, dicho re-proceso sería volver a irse al tacho antes de tiempo.
¿A dónde nos vamos a escapar cuando no tengamos lugar a donde ir? Por lo pronto, yo sé que la Revolución no puedo hacerla yo solo y tratar de empujar al mundo a cambiar cuando no puedo cambiar ni a mi propia familia es algo iluso. La paja, la inercia, la indiferencia, el miedo, la ignorancia y el prejuicio han hecho estragos en la sociedad. Las consecuencias de las buenas políticas tardan años en aparecer; la de las malas, es casi instantáneo. Por eso, al menos por ahora lo mejor será dedicarse a la introspección y tratar de curar y mejorarse como persona. Sin embargo, me queda aun la duda en el tintero de por qué no habrá realmente ganas de zafarse de una realidad que a sobradas pruebas no le hace bien a la mayoría. ¿Por qué será que la gente tiene miedo a la Revolución?

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