Contexto
internacional
Empecemos por donde
corresponde, el contexto. Y como en cualquier examen, corresponde ir de lo
general a lo particular. Corría el año 1972, y el mundo, en su sana costumbre,
no dejaba de autodestruirse. Había más de una dictadura a lo largo del mundo,
ataques de grupos como el ETA, se desarrolla el famoso Bloody Sunday en Irlanda y continuaba la carrera espacial (o
‘Guerra de las Galaxias’) entre USA y la URSS.
A nivel Rock, varios clásicos desembarcaban en el mundo: ‘Machine Head’, de Deep Purple; ‘Transformers’, de Lou Reed; el simple ‘Pink Moon’, de Nick Drake; y 2 álbumes fundamentales: ‘The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars’, de David Bowie; y el recientemente remasterizado ‘Exile on Main Street’, de The Rolling Stones. Y por lo menos el año pasado ya habían saltado al mercado ‘RAM’, de Paul McCartney; ‘Aqualung’, de Jethro Tull; ‘Sticky Fingers’, de los mismos Stones; ‘Who’s Next’, de The Who; y ‘Meddle’, de Pink Floyd. O sea que desde afuera, la mano venía seria.
A nivel Rock, varios clásicos desembarcaban en el mundo: ‘Machine Head’, de Deep Purple; ‘Transformers’, de Lou Reed; el simple ‘Pink Moon’, de Nick Drake; y 2 álbumes fundamentales: ‘The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars’, de David Bowie; y el recientemente remasterizado ‘Exile on Main Street’, de The Rolling Stones. Y por lo menos el año pasado ya habían saltado al mercado ‘RAM’, de Paul McCartney; ‘Aqualung’, de Jethro Tull; ‘Sticky Fingers’, de los mismos Stones; ‘Who’s Next’, de The Who; y ‘Meddle’, de Pink Floyd. O sea que desde afuera, la mano venía seria.
Contexto
nacional
Por otro lado, en Argentina
la mano no venía mucho mejor. Aún estaba Lanusse en el poder, con lo que el
encierro, la persecución y la represión aún se podían sentir en el ambiente. En
tanto, Montoneros y el E.R.P. seguían en lucha constante matando al Jefe del
Segundo Cuerpo del Ejército Juan Carlos Sánchez, por ejemplo; el Ejército
contestaba con la Massacre de Trelew. Para hacer más loca esta ensalada, Perón
volvía al país de su exilio dando la candidatura de Cámpora, para luego
volverse a ir. En definitiva, el país en su acostumbrada turbulencia, mucha
muerte por todos lados.
El Rock Argentino, jamás ajeno a la situación –contrariamente a lo que sucede hoy en día -, se encargó muy bien de reflejar la misma, tanto intencionalmente como no. Se pondrían de manifiesto letras como “Pueblo Nuestro que estás en la Tierra”, de Pedro y Pablo; y “Sudamérica”, de Arcoíris. Comienzan a salir los primeros álbumes de las bandas derivadas de Almendra: Aquelarre (homónimo), Color Humano (homónimo), Pescado Rabioso (Desatomentándonos); y otros como ‘Vida y Vida de Sebastián’, de Vivencia. Vox Dei editaría otro clásico como ‘Jeremías Pies de plomo’; Piero sacaba ‘Coplas de mi país’ y Pappo volvería de Inglaterra para grabar el increíble ‘Pappo’s Blues Vol. 2’. Otra cosa rescatable estaba en el arte de tapas como el de ‘Descarga’, de Tótem; o ‘Rock de las Heridas’, de Piel de Pueblo. Para colmo, ese año moría Tanguito arrollado por un tren y se llevaba a cabo el famoso “Rompan todo”, de La Pesada del Rock and Roll en el Luna Park, aunque este último punto está sujeto a discusión. Pero sin lugar a dudas la violencia estaba en el ambiente y el Rock no iba a estar dispuesto a quedarse afuera, sino a dar batalla.
El Rock Argentino, jamás ajeno a la situación –contrariamente a lo que sucede hoy en día -, se encargó muy bien de reflejar la misma, tanto intencionalmente como no. Se pondrían de manifiesto letras como “Pueblo Nuestro que estás en la Tierra”, de Pedro y Pablo; y “Sudamérica”, de Arcoíris. Comienzan a salir los primeros álbumes de las bandas derivadas de Almendra: Aquelarre (homónimo), Color Humano (homónimo), Pescado Rabioso (Desatomentándonos); y otros como ‘Vida y Vida de Sebastián’, de Vivencia. Vox Dei editaría otro clásico como ‘Jeremías Pies de plomo’; Piero sacaba ‘Coplas de mi país’ y Pappo volvería de Inglaterra para grabar el increíble ‘Pappo’s Blues Vol. 2’. Otra cosa rescatable estaba en el arte de tapas como el de ‘Descarga’, de Tótem; o ‘Rock de las Heridas’, de Piel de Pueblo. Para colmo, ese año moría Tanguito arrollado por un tren y se llevaba a cabo el famoso “Rompan todo”, de La Pesada del Rock and Roll en el Luna Park, aunque este último punto está sujeto a discusión. Pero sin lugar a dudas la violencia estaba en el ambiente y el Rock no iba a estar dispuesto a quedarse afuera, sino a dar batalla.
Sui
Generis
La vida de Charly García no
era ni un poco ajeno a esto. Sui Generis
la venía remando por lo menos desde 1968 tratando de sacar algún lugar en
teatritos y colegios. Pero como la cosa no marchaba, muchos de ellos (Juan Bellia, Carlos Piégari, Alejandro
Correa y Beto Rodríguez) fueron
emigrando. La banda salida del colegio Dámaso Centeno, de Caballito; fusión de
otras dos llamadas ‘To Walk Spanish’ y ‘The Century Indignation’ –bandas de
Charly y Nito, respectivamente-, y cuyo nombre salió del nombre de una montaña,
parecía encontrarse más muerta que viva. Entre otras cosas, porque una buena
porción de padres (sobre todo la de Nito) se oponían a que sus hijos se
dedicaran a la música, o mejor dicho, que ‘se caguen de hambre’. Aunque si
faltaba algo más faltaba, llegó lo peor: a Charly le cayó la colimba.
Esto aceleró las cosas –
para mal. Sui Generis pasó a ser un punto muerto, casi literalmente. Si bien
finalmente García pudo zafarse después de 2 meses (y se vendría con una perlita
bajo el brazo), encontró las cosas peor que como las dejó: el único que seguía
en pie era Nito.
Tiempo más tarde, a causa
de estar grande y tener que buscar lugar propio, potenciado por las peleas con
su papá, Charly emigraría a un departamentito ya emparejado con María Rosa Yorio a quien había conocido
gracias a las presentaciones en el teatro ABC. Es así que el pianista se va a
buscar una oportunidad a las discográficas. Cabe y mucho aclarar que esto
tampoco fue fácil: los directivos de estas empresas, asquerosos como siempre,
le reclamaban poner determinadas canciones comerciales del otro lado del Lp,
cosa a la que García se negaba terminantemente (llegó a salir llorando de una
entrevista con Lalo Fransen, de RCA). Quisiéramos destacar también lo que
simboliza esta situación: si bien hoy sabemos que el disco fue un éxito, en esa
época poder adivinarlo era dificilísimo y probablemente nadie se lo imaginaba
seriamente. Por eso plasmamos la venturosidad tanto de Charly como de Nito a la
hora de decidir qué hacer con su trabajo. Ante la posibilidad de quedar pobres,
la siguieron remando. Un ejemplo.
No va a ser entonces hasta
que el gordo Pierre Bayona (más
conocido como “Pierre, el vitricida”) los contacte con Jorge Álvarez (prócer no reconocido de nuestro Rock), dueño del
sello Talent, anexo de Microfón, que ya había editado a más bandas. Álvarez en
principio no se mostraba muy convencido pero Bayona conectó los cables justos.
“El álbum se lo grabaron casi de lástima” llegó a declarar MRY. Con la
participación de Alejandro Medina y Cludio Gabis (ambos ex – Manal y
pertenecientes a La Pesada), el disco
se grabó en los estudios Phonalex. E incluso allí mismo la pasaron un toque
mal; Nito afirmaba que cantaba las canciones y al otro lado de la vidriera se
le reían por su “rock blandito”.
En fin, todo este clima de
violencia, inestabilidad, tensión y represión es para hacer notar cómo el grupo
irrumpiría en el mundo dándole a su primer Long play un título tal como Vida.
Esto da lugar a varias lecturas: mostrar cómo es y era la vida a partir de las
canciones que contenía este LP; o en código de mensaje diciendo: Hermano, acá
hay esperanza, acá hay vida. El marco de la tapa es de un color pardo bordó, un
poco más oscura que la sangre. La foto central aparece con los chicos entre
sombras, en blanco y negro, en una construcción de la calle Medrano. A su vez,
en la contratapa, aparecen ellos entre edificios de la calle Vidt –donde vivía
Charly – como si fueran ángeles o presencias (¿muertos después de vida?) pero
sonriendo al fin.
Si tuviéramos que definir a
este disco en una palabra sería “adolescente”.
‘Vida’ es un disco adolescente. Y no por falta de elaboración (todo lo
contrario). Pero sí porque describe el mundo desde un punto de vista muy
juvenil, casi en las palabras exactas que todo puberto quisiera escuchar. De
hecho, en lo personal considero a Sui Generis como la banda que toda persona de
entre 13 y 18 años debería escuchar. Y eso que Charly tenía 21 ya.
El disco toca muchos temas que florecen o se vuelven más palpables a esta edad: el amor, la amistad, la madurez, las relaciones humana, la mentira, la hipocresía, las decepciones, el desengaño. En una frase, todo lo que constituye la vida.
El disco toca muchos temas que florecen o se vuelven más palpables a esta edad: el amor, la amistad, la madurez, las relaciones humana, la mentira, la hipocresía, las decepciones, el desengaño. En una frase, todo lo que constituye la vida.
Todas las composiciones,
exceptuando una coproducida, son de Charly
García (que en ese momento firmaba como Charlie García). No sabemos si por
paja o falta de inspiración de Nito; o porque el bicolor necesitaba expresarse
a toda costa, pero lo cierto es que predomina la pluma y música del pianista. A
partir de acá se hace evidente por qué el piano está tan armado y suena con
ciertos matices clásicos (no olvidemos que con esa música se formó Carlitos).
Pero vamos a lo importante: las canciones.
Las
canciones
Es así que, como si
quisiera tomarnos el pelo desde el principio, el grupo inaugura “Vida” con… ‘Canción para mi muerte’. Una pieza que
se transformará en un clásico, que Charly había compuesto nada menos que
durante su estadía en la colimba (la ‘perlita’ que antes mencionamos) después
de haberse empastillado mal y haber tenido una visión de un ángel durante un
segundo. Es allí donde relata toda su vida como si ya se supiera próximo a irse
para siempre (sensación que seguramente experimentó). Quisiera resaltar la
metáfora empleada para expresar el dejar morir de pie al protagonista a la hora
de usar el “sólo me quiero arreglar”. Si se va a ir, al menos va a hacerlo
bien. Para tener en cuenta.
A continuación, ‘Necesito’ donde los chicos reclaman por
la presencia de alguien que tenga de todo un poco: envestida en forma de mujer,
alguien con corazón de madre, ternura de abuela, energía de amante, amor de
compañera. Que lo libere de sus problemas pero que lo haga reparar en mínimos
detalles (¿allí donde la felicidad se encuentra?). Una figura idílica que es un
poco deseo de todos, utopía difícil de encontrar.
Sigue con ‘Dime quién me lo robó’, que bien podría
ser el resumen de un diario íntimo. El relato de la escuela primario –
católica, el banco, el patio, el barrio, hasta que el protagonista se da cuenta
que ha crecido y necesita llevar una vida a cabo. Es allí donde trata de encarar
una relación con su amada y ésta, concretando el miedo de todo varón enamorado,
lo rechaza. Pero luego nos daremos cuenta que estos no son sino recuerdos de
alguien a quien todos esos deseos y esperanzas le fueron arrebatados. No
encuentra salida ni cosa en la que confiar ni por dónde escapar, por lo que
quiere saber quién se lo robó. Es muy ingeniosa la expresión porque no es que
lo perdió ni se dejó estar, se lo robaron.
¿Quién? ¿La sociedad? ¿La gente? ¿O la ‘vida’?
Acá arranca una zona donde
los muchachos dejan a un lado el costado tan personalista que venía teniendo el
disco para empezar a contar historias. La primera mezcla un poco de ambos y es
‘Estación’, una simple historia de
amor de verano narrada en tercera persona, acompañada por una hermosa flauta
dulce; el tema más corto del disco. Mas de inmediato salta a algo que parece
descolocado como ‘Toma dos blues’,
un blues que le había pedido La Pesada a cambio de sus participaciones en el
disco. A través de esto, García parecería estar contestando a una pregunta como
“¿Querés un blues? Toma dos blues”. Con un letra simple (como el blues), donde
el personaje parece estar –una vez al menos – más acompañado; para que luego
todos los instrumentos [bajo, guitarra, batería, armónica e incluso el violín
(!) de ) destaquen.
Pero si de historias vamos a hablar, nada como las dos que se vienen. La primera es ‘Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris’, el único tema co-escrito… con Carlos Piégari. La breve historia de un hombre de la Recoleta que ya no está más (¿desaparecido?), pero que sirve para describir a un típico personaje de la alcurnia porteña (cualquier similitud con la realidad contemporánea no es pura coincidencia). No hay que olvidar que García es un tipo que a pesar de vivir en Palermo le sobra calle y bien podría haber percibido a personajes como este.
Mejor salgamos del aburrimiento y pasemos a la segunda historia: ‘Mariel y el Capitán’. Una historia trágica, donde la envidia de las demás mujeres hacia Mariel logra matar el amor entre estos 2 personas cortando las cuerdas del ascensor del edificio donde vive el buen hombre. Bien emo la cosa.
Pero si de historias vamos a hablar, nada como las dos que se vienen. La primera es ‘Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris’, el único tema co-escrito… con Carlos Piégari. La breve historia de un hombre de la Recoleta que ya no está más (¿desaparecido?), pero que sirve para describir a un típico personaje de la alcurnia porteña (cualquier similitud con la realidad contemporánea no es pura coincidencia). No hay que olvidar que García es un tipo que a pesar de vivir en Palermo le sobra calle y bien podría haber percibido a personajes como este.
Mejor salgamos del aburrimiento y pasemos a la segunda historia: ‘Mariel y el Capitán’. Una historia trágica, donde la envidia de las demás mujeres hacia Mariel logra matar el amor entre estos 2 personas cortando las cuerdas del ascensor del edificio donde vive el buen hombre. Bien emo la cosa.
Pasando a otra sub-parte
del disco, entramos en mi favorita. Comienza con ‘Amigo, vuelve a casa pronto’, a mi gusto uno de los temas más
trabajados. Tiene un aire a texto de carta enviado a alguien lejana, pero
querido y anhelado, en una versión más realista de ‘Necesito’. Con solo
mediante, la canción atraviesa un vuelco temporal y al regreso de la letra,
aquel parece estar más cerca, dispuesto a atravesar con su hermano los tiempos
turbulentos que se le aproximan (algo que a todos, todos nos debería pasar cuando nosotros o algún ser querido pase
malos tragos).
A todo esto, pasamos a una
sección acústica muy linda con “Quizás,
por qué”. Una pieza que deslumbra por su sencillez, pero ahí es donde
desembarca su genialidad. Ya sabemos que para que algo sea bueno no
necesariamente tiene que ser complejo, y los Beatles se cansaron de demostrar
esto. Aquí, el autor pone de manifiesto todos sus pensamientos frente a un
sujeto amoroso, describiéndole todos sus defectos y debilidades, su pobreza y
escasez humana, pero con una profundísima honestidad. Porque todo eso hace al
espíritu de la canción: la humildad.
Es una canción humilde, y es gracias a eso que el sujeto amoroso está hoy en su
lecho.
Ya acercándonos al final, nos encontramos con un temazo: ‘Cuando comenzamos a nacer’. Una breve reseña de la vida de cualquiera. Describiendo cómo nos encierran, nos esconden, nos mienten, nos enseñan a tirar nuestros ideales abajo, nos denigran, nos discriminan. Todo para mantener un orden y canon social de mierda que no hace otra cosa que pudrir a quien esté inserto (y a quien no, también). Por eso Sui Generis lo plantea desde el primer disco, desde la primera frase. Todo es un continuado explicando claramente qué es lo que hace mucha gente y con ellos mismos. Una última interpretación categórica.
Como cierre, la breve interpretación de ‘Posludio’, una palabra que no existe pero claramente se opone a preludio. Un instrumental que sí existe, pero que lamentablemente pasa desapercibido. Lástima, vale la pena. Aparece como algo que marca el final de la vida, donde ya no queda voz, sino algo de él en el ambiente, que configura la salida final.
Ya acercándonos al final, nos encontramos con un temazo: ‘Cuando comenzamos a nacer’. Una breve reseña de la vida de cualquiera. Describiendo cómo nos encierran, nos esconden, nos mienten, nos enseñan a tirar nuestros ideales abajo, nos denigran, nos discriminan. Todo para mantener un orden y canon social de mierda que no hace otra cosa que pudrir a quien esté inserto (y a quien no, también). Por eso Sui Generis lo plantea desde el primer disco, desde la primera frase. Todo es un continuado explicando claramente qué es lo que hace mucha gente y con ellos mismos. Una última interpretación categórica.
Como cierre, la breve interpretación de ‘Posludio’, una palabra que no existe pero claramente se opone a preludio. Un instrumental que sí existe, pero que lamentablemente pasa desapercibido. Lástima, vale la pena. Aparece como algo que marca el final de la vida, donde ya no queda voz, sino algo de él en el ambiente, que configura la salida final.
Conclusiones
Y también marca el final de todo. Acabás de pasar por algo más de
media hora donde 2 pibitos, con una guitarra, un piano y una flautita te
pintaron la vida. Es muy posible que te hayas sentido identificado. Bien, era
la intención.
Al disco no se le
puede recriminar mucho más. Tal vez suene un poco bajo, pero en su momento no
importó para que la placa llegase a vender 80.000 copias y sonara todo el
tiempo en la radio, llegando a hacer que los chicos aparecieran en el
documental “Rock hasta que se ponga el
Sol”, generando la envidia de más de un rockero “pesado”. En definitiva, un
disco bello pero triste, simple pero disfrutable (un poco como The Beatles, si lo pensamos bien) para
sumar otra joya a nuestra música nacional. Que sea Rock
Una chica escuchando la discografía de Sui generis. Like :)
ResponderEliminarMe sirvió un montón. Gracias 🌷
ResponderEliminarTremendo!!
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