domingo, 10 de enero de 2021

"Que decir aborto suene a legal..."/Revolution

Algunos apuntes sobre la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo en Argentina

     Una Revolución es aquello que, cuando creías que era imposible que algo ocurriese, pasa. Lo del último 30/12/20 fue algo de todo ello. Algunx se reirá comparándolo con otras revoluciones, pero al fin y al cabo las circunstancias definen muchas cosas (todo, bah) y tal vez la Revolución sea nomás un estado mental. 

    Estuve aquella histórica jornada de Diputados del 14 de Junio de 2018 y la alegría inconmensurable, espontánea, sin igual de aquella vez que se vivió era realmente que se había logrado -parcialmente- lo que sonaba lejísimo en el tiempo. Y en una sociedad argentina donde ya se sabe cómo opera la mentalidad a la hora de la jugada política, lo conseguido tenía un peso simbólico difícil de ignorar y menos de dejar de lado. Ya era un mojón en la historia muy importante. Se sospechaba -en su momento- que la votación no superaría Senadores -como efectivamente pasó. Pero hay una historia y un termómetro social medible en las redes. Se puede hacer algo con ello. Es recortado y subjetivo pero por una razón presente y futuro no son lo mismo. 

    Si mi hermano escribiera acá (?) diría algo así como que quienes votaron lo hicieron por conveniencia política, etc. Sí, entiendo que sea difícil creer que de buenas a primeras quienes ayer votaron en contra o cajonearon el proyecto hoy voten a favor pero quedará en el eterno limbo de no saber si es por convicción, rédito político, soborno, rosca interna o todo eso y más. La política en toda su expresión. 

    Aunque todo esto no hubiese sido posible sin la batalla ganada en las calles. Y esta es central. La constante y persistente presencia de las Verdes ayudó a forjar un inconsciente colectivo de presencia masiva y repetida que no iba a ser fácil ni de sacar ni de vencer. Seamos honestos -bah, yo voy a serlo, trístemente serlo-: no creo, no sé si una mayoría a nivel país quiere o quería una legalización de la IVE. Más por estar en contra del aborto mismo, pero qué importa. Y me hace ruido ir "en contra" de lo que la mayoría de la población quiere, en teoría. ¡Aunque podría estar equivocado! ¡Y ampliamente! Pero aun así hay 2 argumentos que se oponen fuerte al simple esgrimir de la mayoría simple. Lo primero, es que efectivamente estamos tocando cuerpos ajenos. No, no me refiero a esos, me refiero a ellas. Es realmente invadir un cuerpo ajeno; y si bien yo sé que hay mujeres que se oponen a esto, mi opinión personal cuenta un poco menos pues nací y me identifico con "el otro lado" y nunca voy a estar ni cerca de vivir una situación semejante. 

    El segundo argumento -y el que personalmente más me pega- es el de "los abortos van a seguir ocurriendo". Se puede ignorar la realidad pero no las consecuencias de ignorarla. Y lo cierto es que, mientras nos hacíamos los boludos con ley sí ley no, un montón de pibas se morían en abortos clandestinos frente a la desidia del Estado, que no las protegió frente a esa situación. LISTO. Finish, caput. Se acabó la discusión. Lo digo siendo una persona que, a pesar de estar a favor de la ley, si un día una pareja mía viniese y en el medio del embarazo me dijera "me arrepentí, no lo quiero tener", me generaría un mar de cosas por dentro. No es fácil -y al mismo tiempo, si no es fácil para mí, imagínense para la otra parte: de nuevo, estamos operando con un cuerpo ajeno (un cuerpo gestante ajeno). Pero bueno, no tiene por qué ser siempre una situación tan extrema o tan estresante. Esto amplía margen de acción, amplía derechos. Se juega con otras reglas.

    Reglas que, por supuesto, habemus de hacer cumplir. Hablando de idiosincrasia argentina, si fue difícil llegar hasta acá, ni hablar de lo que será que esta ley se cumpla. No objeto la objeción de conciencia, valga la redundancia. Qué sé yo... Afortunadamente, nuestro sistema de salud ofrece varias salidas alternativas. Anyway, hará falta un potente trabajo de hormiga (otro más y van...) para que la corrupción típica no socave tanto esfuerzo concentrado.

    Respecto al esfuerzo concentrado, algo que quise poner antes y el hilo del diálogo/post me desvió: el simbolismo presencial jugó su papel pues copar Callao demostró que hay más gente interesada en cambiar las cosas que interesada en que no cambien. Y no es lo mismo. Emplear el cuerpo -lo único de lo que somos dueñxs, en teoría- y el propio tiempo de unx no es superficial. No es lo mismo estar que no estar. Porque unx podría creer que lxs Celestes no fueron por una cuestión de pandemia o porque confiaron en que las bases sólidas de la tradición no se moverían, y por ello no veían motivos para movilizar y manifestarse. Crasso error. No se manifestaron porque en el fondo les da paja y no quieren saber nada con ir a poner el cuerpo por una causa. No saben qué ni cómo es eso. No entienden su lógica -nada difícil- porque jamás estuvieron en una. No saben lo que es defender una convicción. Y lo sabían hacia adentro. Sabía que iban a ser pocxs, y quedarían marcados numéricamente para abajo, marcándoles otra derrota a nivel presencia. Y por más obvio que suene, no es algo menor. No es lo mismo verlo que no verlo. 

    A lo que voy con todo esto: el sentido común inmoviliza. Los tipos confiaron en que sus representantes dentro del recinto (¡qué quilombo la democracia delegativa!) iban a hacer su laburo e iban a juntar el suficiente poder como para que la cosa no se modifique como el año anterior Y FALLARON. El sentido común donde reside la tradición y hace creer que lo que está instalado está bien es algo que tenemos que desterrar de raíz ya. No ayuda a pensar que las cosas puedan cambiar. Su lucha en contra es clave a la hora de ofrecer un parámetro de transformación. La deconstrucción -dicen, y confirmo- si no es incómoda, no es tal. La deconstrucción del sistema es necesaria y urgente. No podemos seguir viviendo como vivimos. No se puede vivir más así. Lo de ayer fue un pasazo en la transformación de la sociedad. No nos quedemos atrás. Salgamos riendo que las cosas pueden cambiar mucho más.