sábado, 27 de noviembre de 2021

Different People

    El pasado Sábado 20/11 asistí a un espectáculo de Luis Pescetti junto a Juan Quintero en el Teatro "El Picadero", por la zona de Callao y Corrientes. Hasta ahí, todo bien: el espectáculo genial, el ambiente de 10, con ubicaciones bárbaras. El tema vino después (o, mejor dicho, ya se estaba desarrollando):

    Al salir del show, el público se distribuyó por la vereda, esperando a tercerxs, comentando la jornada. Y ahí veo algo que me llamó la atención: yo podría haber sido conocido de cualquiera de todas esas personas. Sé que suena estupidísimo, pero lo menciono porque se veían como personas que ya conozco y que tranquilamente podría conocer. Como si pudiera reunir toda la heterogeneidad de los 20/30 en una sola vereda. Como si cualquiera de todas esas caras o cuerpos podría estar en bares o boliches o tertulias a las que tradicionalmente voy por gusto o costumbre, ¡o para descubrir!

    Nada que no pase en un recital, podrá decirme alguien. Total, allí ves a todos reunidxs por la misma causa, y con una vestimenta similar. Pero no, porque allí sabés que eso es lo que vas a ver y no es sorpresivo. Aquí fue como ver toda la compilación de cierto modo de mostrarse/vestirse durante la última década en un pedazo de ciudad y no necesariamente atravesada por todas las clases sociales (como  ocurre en un recital popular, por ejemplo).

    Tal vez porque era la primera vez que iba a ver a Pescetti, aunque creo que fue más el susto de ver cierta homogeneidad entre lo que apreciamos y me preocupa cómo todxs nos empezamos a parecer sin proponérnoslo. A ver, un tatuaje no es una moda, un color de pelo no es una moda. Existe un mercado, sí, e imposiciones de moda, también. Pero no vamos vestidos con la misma camisa aquí, ni con el mismo color de pelo. Y claramente no importa. Claramente no es algo que nadie de lxs que estemos aquí nos vamos a fijar (¿a lo sumo para elogiar, para criticar en voz baja?). Noes algo que pese en este ambiente o espectáculo. No había un aspecto similar en común, o específico. Pero sentía que ya había visto a esas personas en otras personas, como si dentro de la costumbre del disfraz ya hubiera visto todos los modelos posibles y ahora sólo veo repeticiones o variantes de esos modelos. 

    Cuando una amiga me preguntó iguales a qué o encajonadxs en qué lugar, el contesté: "en el gusto de la clase media". Es verdad que la clase económica es el principal (sino EL) formateador de gustos (no sabemos lo que de/preciaríamos si no perteneciéramos a esa clase), pero no deja de llamarme la atención cómo, en todo caso, cierta área de consumo de productos ya no nos diferencia -a mis ojos, al menos- lxs unxs de lxs otrxs. Quizás sí hay una heterogeneidad dentro de la homogeneidad pero me sorprende cómo aún no encontramos otro horizonte, con la cantidad de información circulando u otro meollo donde identificarnos. 

    A lo mejor todas las opciones fueron cooptadas por el mercado, no tenemos nada nuevo que decir u ofrecer o nada del mundo de afuera nos llama la atención. O quizás aquello que portamos realmente nos gusta, y estamos bien con ello, y no necesitamos demostrar más nada. Que haya ofertas que el mercado satisface por un par de gustos no me parece concluyente, sobre todo si en un momento u otro hay que vestirse. Hay estímulos, pero nada que no pueda esquivar alguien de ese rango etario, de esa clase social.

    Y al mismo tiempo, tampoco. Porque si tal cosa pasara, o lo que en el fondo me hace ruido, es por qué si "tan cómodxs" nos sentimos, nos siguen lastimando las mismas cosas, o estamos cada vez más tristes o más violentos. A lo mejor porque todas esas banderas que uno llevaba se cayeron y sólo viven de la nostalgia o su recuerdo. A lo mejor porque definitivamente nadie escucha nuestra remera. Pero aun así es notable cómo, compartiendo las mismas problemáticas, no le podemos dar una solución conjunta. No pueden haber tantas casualidades encadenadas . A menos que nosotrxs también seamos parte del problema...