He llegado a la conclusión de que las personas no conocen a suficiente gente como para poder solucionar todos sus conflictos; o en su sucesivo caso, para poder charlarlos.
¿Este pibe me esta jodiendo? ¿Que no conozco suficiente gente? ¿Y mis 600 contactos en Facebook que son?
Yo te pregunto: ¿Los conoces? Porque, como todos sabemos, nadie es igual a nadie -por suerte-, así que alguno te tendría que poder ayudar. De lo contrario, ¿qué importancia tiene que los conozcas (lo que vos decís conocerlos)?
Ademas, creo que consideramos demasiado importante nuestros problemas por encima de los de los demás. Probablemente mientras nosotros nos quejemos, otra gente también lo este haciendo por el mismo motivo.
Concluyo: No es que la gente no se interese en nosotros, no es que el mundo es indiferente totalmente, es que: o no nos animamos a decir lo que pasa, o perdemos nuestra confianza porque suponemos que aquella persona a la cual podemos acudir nos va a negar la ayuda o nos hacemos la cabeza con cosas que probablemente no pasen. Por ende, mi solución consiste en que tratemos al menos de pedir esa ayuda a los demás; no perdemos nada, aunque nos digan que no, ya sabremos en quién confiar y en quién no.
Este post termina siendo la primera parte de un largo análisis. Pronto vendrá la 2ª parte.
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