domingo, 18 de agosto de 2013

Nunca o una Eternidad

Dice el viejo que "nunca digas nunca". Porque uno nunca -cuak- sabe si lo que o a lo que se está negando en el futuro va a pasarle o no. Y no importa que tan seguro se esté en el momento, el futuro es impredecible y como tal jamás puede decirse qué vendrá mañana, aunque sea mejor. Lo ideal sería tomarse el tiempo justo y esperar, o salir a buscar, que las cosas pasen o no.
 Lo que me gustaría acotar es que, así como deberíamos "anular" esta palabra de nuestro vocabulario, también deberíamos dejar de decir 'siempre'. Básicamente porque emplear cualquiera de estas 2 palabras significa usar la otra pero por su contrario. Decir "nunca voy a hacer esto" es como decir "siempre voy a [evitar, por ejemplo] hacer esto" o lo mismo "siempre voy a pensar/hacer esto" es como "nunca voy a dejar de pensar/hacer esto". Para cualquier caso puede ser igual de perjudicial a la larga, para caso de arrepentimiento o de no querer quedar como un hipócrita. 
 Por supuesto que cualquiera se puede equivocar en presente o en futuro, pero en un mundo donde no existen las certezas (triste descubrimiento) dejar abierto un hueco a las incertidumbres del próximo sol, o no dar nada por totalmente hecho, puede dar aire a ciertas experiencias enriquecedoras. ¿Y así, por qué no arriesgarse a un cambio cuando no está nada dicho?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Expresate como quieras, aca cualquier opinion es bienvenida