“Aprendé del que pone a tu gata el cascabel” - Shopping Disco-Zen
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (1993)
Una de las preguntas políticas y humanas que más me he hecho a lo largo de los años y aun no consigo contestarme es cómo hace la derecha, a nivel local o mundial, para superar su propia vanidad
¿Cómo superan el hecho de ser -no digo adorados ni venerados, pero sí- queridos, admirados por aquellos que están por debajo suyo en su escala de Poder, o por encima e incluso sus superiores? Porque una vida "espiritual" o humanamente suficiente no llevan. De lo contrario no cabría tanta sanguinariedad en esos cuerpos. Lejos, muy lejos está de ocurrir por un motivo filántropo. ¿Frente a qué o quiénes se quieren mostrar, si todos o la gran mayoría arrastra pecados de todos los colores? ¿A ver quién caga literalmente más alto?
No soy tan inocente como para creer que no hay acciones y maniobras hechas y pensadas exclusivamente para perjudicar a terceros y cuya bandera vital es pisar al otro pero tampoco soy tan naïf como para separar todo esto en un episodio de buenos y malos. Los M*cri, los Trump, todos sabemos que la única Patria de esta gente es la guita. Y la tienen. Y trabajan para ello. Y tienen la suficiente como para bancar a 2 o 3 generaciones más y rascarse bien los huevos como corresponde. Pero sospecho -y aquí puede estar mi error- que en algún momento a esta gente dichos montos les parezcan un número más. Porque tener plata no significa tener el Poder equivalente. A lo mejor Messi tiene más plata que M*cri y sin embargo no creo que La Pulga tenga más poder que el Gato. Podes es tener plata, sí, pero también contactos, familias, y terrenos, empresas, propiedades e información, entre muchas otras cosas.
En el caso local, el ex-presidente (qué investidura manchada, ¿no?) estaba claro que no hacía lo que hacía por una cuestión de arrogancia, puesto que todo lo ejecutaba mal a propósito. Como mucho, lo habrá hecho para sacarse de encima la causa Correo Argentino -que, contando las demoras y atrasos y apelaciones que puede tener la posibilidad (y la chance de fugarse del país), ¿ameritaba el esfuerzo? ¿Cuántos favores debía el señor? También está claro que lo hizo para acumular más Poder que el que ya tenía. Ahora bien, ¿con qué objeto toda esa acumulación?
No lo pregunto ignorando la avaricia y ambición, lo pregunto desde un tema meramente administrativo: con tantas entidades y elementos a manejar, dudo que pueda hacerlo una sola persona todo en simultáneo. De lo contrario, tenés que delegar. ¿Y cómo confiás en alguien siendo que entre tus filas puede haber un topo, un buchón, un extraño, un traidor? Se te puede dar vuelta en algún momento, alguien (o alguienes) puede revelarse. Y además, para ejercerlo ¿dónde? ¿contra quién? ¿Para ver un par de cosas gratis? O sea, ¿para ser espectador de algo de lo que no sos parte y/o no podés cambiar? Dudo que gente que ejerce Poder real no se piense como factor activo en cada lado al que vaya, en cualquier lugar que pise.
Otras posibilidades que se me ocurren son: que su única actividad sea el mantener el orden establecido dependiendo los vaivenes que acometan a la sociedad a nivel mundial -qué aburrido, ¿no?- aunque no veo por qué siendo que está claro que una enorme porción de la población está sumamente plácida con la situación actual en tanto y en cuanto no le toquen demasiado la billetera y que lejos, muy lejos estamos de algo siquiera cercano a una Revolución (ojalá me equivoque). En el entrevero, continuar ejerciendo su Poder a través de actividades netamente malignas (tráfico de drogas, prostitución, pedofilia) para así descargar su odio para/con la humanidad, en específico hacia quienes se oponen a sus ideas. La segunda es que no tiene sentido competir por ver cómo seguir enderezando este mundo hacia donde ellos quieren, pero no veo porqué no podrían o querrían competir entre ellos siendo como han sido. Pero aquí volvemos a lo dicho al principio.
En un capítulo que no llegué a identificar de Gomorra, de Roberto Saviano (Debate, 2006) se da a entender que incluso entre las familias mafiosas es conveniente que haya cierta competencia o que no haya una que acapare todo pues pueden terminar cayendo por su propio peso. Pero claro, eso está regulado bajo los códigos de la Camorra. No amparado legalmente (en teoría). En 1984, de George Orwell (Secker & Warburg, 1949), una novela tan bella como malinterpretada, uno de los personajes principales afirma que una de las motivaciones de aquellos que ejercen el Poder a la hora de seguir alimentando su ambición es el Poder mismo.
Entonces, tomando esta mano por dónde podría venir el deseo de acumular Poder, la pregunta es: ¿para quién? ¿para demostrarle qué cosa a quién? En el caso del Gato no creo -digo yo- que haya nadie en el plano local por el cual el tipo se desviva por sorprender. ¿Quién le va a mover la aguja? ¿Cristina, Eurnekian, Magnetto, Joe Lewis? No me cierra. A nivel internacional: ¿Putin, Trump, Merkel, Macrón? No veo para qué. No lo hace ni por ni para el Pueblo eso es seguro; para él nosotros somos mierda. Entonces, ¿a quién le quiere llamar la atención? ¿Frente a quién/es quiere detentar un Poder que ni él sabe si puede administrar, y cuando tuvo la posibilidad de ejecutarlo a sus anchas, perdió en primera vuelta? ¿Por quién se pone el gato, esta vez, el cascabel?