domingo, 25 de agosto de 2013

Años IV

¡¡Feliz cumple, Blog!! Afortunadamente no tengo que sentirme ridículo por desearle un feliz cumpleaños a algo, ya que al fin y al cabo este sitio es -como dije y considero- mi parte más inteligente expresada. Con lo que es festejar un aniversario de una parte de mi.
Muy cierto es que hace ya rato (desde mediados del año pasado) que este sitio web ha dejado de tener una regularidad en cuanto a entradas, visitas y comentarios. No es porque no haya más temas de los que hablar, sino porque a mi se me van acabando los temas sobre los cuales escribir. De todas formas, considero que cantidad no hace necesariamente a calidad, con lo que pueden haber pocas entradas, pero no por eso baje la calidad -sea cual sea- del contenido. Sí han descendido bruscamente las visitas, pero esto de la inactividad en los blogs le viene pasando a más de uno y en forma simultánea, al menos de los que yo conozco. 
Aun así, no me desanimo de cara al futuro, y como dije en alguna Vanguardia, el único blog que muere es el que se cierra. Así que, hasta que no se de el último click adentro de este sitio, Say No More no sucumbirá. Vamos por muchos años más!

domingo, 18 de agosto de 2013

Nunca o una Eternidad

Dice el viejo que "nunca digas nunca". Porque uno nunca -cuak- sabe si lo que o a lo que se está negando en el futuro va a pasarle o no. Y no importa que tan seguro se esté en el momento, el futuro es impredecible y como tal jamás puede decirse qué vendrá mañana, aunque sea mejor. Lo ideal sería tomarse el tiempo justo y esperar, o salir a buscar, que las cosas pasen o no.
 Lo que me gustaría acotar es que, así como deberíamos "anular" esta palabra de nuestro vocabulario, también deberíamos dejar de decir 'siempre'. Básicamente porque emplear cualquiera de estas 2 palabras significa usar la otra pero por su contrario. Decir "nunca voy a hacer esto" es como decir "siempre voy a [evitar, por ejemplo] hacer esto" o lo mismo "siempre voy a pensar/hacer esto" es como "nunca voy a dejar de pensar/hacer esto". Para cualquier caso puede ser igual de perjudicial a la larga, para caso de arrepentimiento o de no querer quedar como un hipócrita. 
 Por supuesto que cualquiera se puede equivocar en presente o en futuro, pero en un mundo donde no existen las certezas (triste descubrimiento) dejar abierto un hueco a las incertidumbres del próximo sol, o no dar nada por totalmente hecho, puede dar aire a ciertas experiencias enriquecedoras. ¿Y así, por qué no arriesgarse a un cambio cuando no está nada dicho?