lunes, 31 de diciembre de 2012

El último tren

Cuando pase
el último tren
yo me iré
muy lejos me iré
y no regresaré
nunca más al andén

Porque soy polvo
y donde termina la estación
Soy menos que oro
No valoro mi emoción

Cuando pase 
el último tren 
yo me iré 
por las colinas, detrás
por sobre el monte
encima del mar.
Caminaré hasta jamás
No podrán verme ya

Es que si no hay calor
no me valoro
Si no hay amor
ya nada logro

Cuando pase 
el último tren
y el mundo se acabe
me desvaneceré

Esta historia es un poco larga. Algo así como cuando yo tenía 8 años, insistía en que me regalaran una copia del disco "A mis niños de 30 años", de Miliki. No lo consiguieron y me regalaron una copia de un disco de María Elena Walsh. Este traía una canción llamada "Canción del último tranvía", y yo pensaba que era tristísimo, sólo por ser 'el último tranvía'. Hace poco refloté ese recuerdo y lo trasladé al tren, que para mi es una metáfora de la vida. Por eso también es triste, porque pensaba "¿Quién va a manejar 'el último tren'? ¿Quién se va a subir? ¿Quién se va a bajar? ¿A dónde va a ir?", y por eso, cuando pase "el último tren", me voy a desvanecer.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Necesitamos más acción

No es la tele, no es la computadora, no es la play-station lo que va a matar a mi generación. Es la paja. Flojera, fiaca, ganas de no hacer nada; llámenla como quieran, hasta que no podamos deshacernos de ella no avanzaremos realmente. Y no hay peor enemigo para deshacerse que el que se hace pasar por amigo. Es verdad que vagancia o pocas ganas de hacer las cosas hubo siempre, pero en esta época en particular, sinceramente asusta. Y no lo digo yo por ser la persona más responsable, (casi) todo lo contrario.
Pero lo peor de todo es que esto puede tener incumbencia en áreas no deseadas o directamente no pensadas. La educación, sumada a las naturales pocas ganas de estudiar y a las infinitas falencias del sistema educativo, se nos ve afectada gravemente (muy fácil de comprobar en nuestra notas). El trabajo, por ineficacia. Incluso las salidas. Yo no puedo creer que haya gente que no se junte con otra sólo por paja. Ese punto me resulta directamente estúpido. Para colmo, estamos dentro de una enorme industria del entretenimiento que nos ofrece la distracción por todos lados (con la compu e Internet a la cabeza).
Mi viejo sostiene una teoría -muy convencido- de que gran parte de la culpa la tiene Facebook, porque en el intento de concretar un encuentro, la red social nos permite acercarnos mucho, pero claramente no se equipara con encontrarse alguien cara a cara. Es verdad por otro lado que se pueden arreglar fiestas y reuniones por FB, pero la imposibilidad de comprobar si el otro lo vio o no permite mentir del otro lado con grandeza.
También quisiera completar esa teoría diciendo que no nos movemos, entre otras cosas, por falta de ideología. La ausencia de "algo" concreto por lo que moverse hace que falten motivos a la hora de querer hacer algo. Si bien no siempre hace falta moverse exclusivamente por algo -y de hecho lo espontáneo suele salir bien-,siempre es bueno tener una causa para acaparar más gente.
En fin, todo lo que puedo decir es que tratemos de movernos lo más posible. Encontrar algo que nos anime, que nos saque de la resaca mental, que nos movilice por sentimiento. Siempre pienso que si usara los minutos que ocupo en FB para el piano, probablemente me iría mejor. Al fin y al cabo, es una cuestión de ir de a poco, con pequeñas acciones. Vale la pena intentar.

lunes, 17 de diciembre de 2012

"Por favor, yo te prometo te escribiré..." VI

"Hace ocho años que vivo en Cromañón. Ocho años de tristeza e incertidumbre. Han tratado de criminalizar a mi persona desde el poder y los medios. Me han juzgado, salvo en el juicio, con el diario de Lunes. Siempre estoy buscando situaciones o sensaciones que me hagan sentir bien y siempre vuelven a mi mente y a mi alma los recuerdos de aquella noche.

Todo se disfruta o se llora a medias porque me han apuntado con el dedo inquisidor y nunca se me trató como sobreviviente o víctima de lo que pasó. No pude hacer mi duelo porque tuve que tener la guardia en alto durante todos estos años. El dolor extra es el de haber confiado sin firmar un contrato y verme estafado y luego usado como un 'perejil'.

Esa noche fuimos a actuar sin conocimiento alguno sobre las transformaciones que hicieron de este lugar una trampa mortal para quienes más amamos: nuestras familias y nuestros seguidores; e incluso nosotros mismos.

Sigo teniendo Esperanza... Esperanza en que la Justicia en este nueva instancia revea el caso y desde la verdad - realidad histórica, espero recuperar mis ansias de vivir y ser feliz.

Cromañón no sólo me arrancó la juventud, también me enajenó al punto de pensar que la vida no vale la pena. Por eso es que busco siempre estar fuerte ante todo. Por eso es que trato de creer en la Justicia de mi país. País al que amo por sobre todas las cosas."

Patricio "Pato" Santos Fontanet

Carta pública de su autoría publicada en su sitio web

lunes, 10 de diciembre de 2012

Say No More III


El Luna Park está lleno, está que explota. No cesan los cantos que piden por García, y la verdad es que tenemos razón, estamos ansiosos y llevamos cerca de media hora de espera. Sabemos que, si bien Charly se va a estar presentando gratis próximamente el 9 de Diciembre, en esta ocasión está cerrando la gira donde presenta 60 x 60, su última producción, donde reúne en vivo 3 discos repasando toda su carrera en vivo.
Se apagan las luces, la emoción crece. Comienza a proyectarse en la pantalla una parte de la serie The Twilight Zone (nada que ver con Crepúsculo), una famosa serie de ciencia ficción y terror –conocida aquí como “La Dimensión Desconocida”-, proyectada entre los años ’50 y ’60, creada por Rod Serling, para los interesados. Pero en eso se va a basar el resto del recital, y el Maestro Say No More se va a encargar de dejárnoslo en claro.
A continuación, un histórico diálogo entre Charly y Marilyn Manson, donde este no deja de comentarle que los discos que el propio Charly le mandó están buenísimos, le gustaron mucho. Y una épica parte donde un periodista, encargados de conectar a estas 2 estrellas del rock le regala un reloj con un Cristo y Manson pregunta: “¿Este es Charly García?” La tribuna explota en aplausos y sale Charly García a escena, ya mismo interpretando una versión instrumental de Tango en segunda, un viejo tema de Sui Generis; que se conecta directamente con El Amor espera, cantado ya desde la segunda estrofa, como acostumbra.

No se hace esperar y saluda: “Buenas noches. Hoy vamos a entrar a la 4ªDimensión, la ‘Dimensión desconocida’”. La intriga crece, pero el máster nos señala que vino pensando en el concepto del recital desde antes de venir, y que vamos a iniciar un viaje. En realidad, el viaje ya había empezado, no nos habíamos dado cuenta. Sin perder tiempo continúa Rezo por vos, cantado a viva voz, para Cerati, para el Flaco, para Mercedes, para quien usted quiera. A continuación Promesas sobre el bidet, y aquí se empieza a ver la entrada de la orquesta dirigida por Alejandro Terán que va tomando forma, ya que el solo de la canción lo interpreta… el xilofonista. Gran cambio si lo hay.
Saltamos a otro clásico, Pasajera en Trance, donde se luce la (muy) bella Rosario Ortega, corista hija de Palito que acompaña a Charly, la que se ve claramente que ya se ha adaptado a la maquinaria de los recitales de este gira. Dos temas del disco ‘Influencia’ lo continúan: ‘I’m not in love’ y ‘Tu Vicio’, donde nuestro pianista se encarga de aclararnos que un vicio que es más que una droga, es la historia de una pareja que la pasa mal y uno sencillamente no puede dejar al otro. Y la pregunta es ¿porqué no me podés dejar? Al final soy solamente un vicio más. Es fuerte ver cómo las canciones de García se re-significan de muchas maneras. Nos retrasamos unos discos y cantamos a viva voz ‘Nos siguen pegando abajo’.

Vamos a pasar a presentar a otro integrante de la dimensión desconocida: el señor… ¡¡Nito Mestre!! La gente grita de incredulidad (tengo al lado mío a una chica que por poco se pone a llorar) y –contrariamente a lo que muchos pensábamos- arranca ‘El día que apagaron la luz’. Se nota que ninguno de los 2 se cree la estrella, se van repartiendo las partes vocalizadas. Nito canta como siempre, o sea, increíblemente bien. Le sigue ‘Instituciones’, y es aquí donde se sigue notando el efecto orquesta-electrónica: el efecto de tanto instrumento le dan inicios extravagantes a las canciones, pero una vez reconocida la melodía, no parás. Nito se va y  nos deja esperanzados para una futura vuelta para otra canción. Es verdad, Sui Generis no se reunió en 2010 como se decía que iba a pasar, pero estas 2 canciones bastaron para generar una alegría fulgurante.
Una canción de una época donde no había Dvd’s, sino… Ojos de video-tape. Suena este clásico y, como dice él, se cierra como sus discos –de vinilo-, apagandose…
Tanto pantalla como escenografía complementan muy bien. Hay por lo menos 3 sillones antiguos, 1 maniquí y medio (roto), una heladerita (!) y un reloj antiguo. Las pantallas a los costados van proyectando a los músicos en blanco y negro, en un claro efecto de hacerlos pertenecer a esta zona. Se capta la idea de la serie, estamos todos en esta otra dimensión. También así García se encarga de aclarar que en la 4ª, hay una puerta en el medio del campo, donde sólo pasa un tren que lleva hasta Anhedonia. Suena otro clásico con aire de tango en Canción de 2 x 3 y el acordeón se lleva una parte importante de la pieza. Evidentemente la orquesta no es decoración, ni un poco.
Charly se pone a recordar los años 60 y en eso reflexiona “uno que ya ha roto tantas cosas, tantas guitarras e instrumentos sobre el escenario, al final se termina destruyendo a uno mismo también, pero… ¿por cuánto tiempo se puede destruir uno a uno mismo?”. Es un genio. Es un genio, no se puede sacar otra conclusión. En una frase te dejó pensando, reflexionando, te atravesó. Es una frase pero es un disparo, y te dejó roto en mil y un partes. A uno le agarra que no quiere que la próxima canción empiece para poder pensar un ratito más. Pero no coreábamos en la previa por nada, así que marcha ‘Asesíname’, con el viejo video-clip de corte, en conjunto con Celeste Cid, reproducido en la pantalla. Termina la primera parte.

Nos descubre la voz en off de Graciela Borges, reproduciendo frases famosas de las canciones de Charly a medida que van pasando imágenes con fondo musical de Pubis Angelical. Vuelve el cantautor con toda su orquesta y comienza una segunda parte más rockera. Y en principio, aparece guitarra en mano para interpretar ese curioso cover de Television en castellano “Cayendo en brazos de la Venus de Milo”, contando cómo la historia retrata a un chico que va caminando por las calles de Broadway, mientras que sus amigos le preguntan si está bien o mal, y el protagonista contesta con el título. No mucha gente se la sabe, así que nos dedicamos a escuchar.
Pero el repertorio García no se hace esperar y suena a todo volumen ‘Cerca de la Revolución’ cantada, saltada y festejada a grito pelado. En eso, Charly, que ya llevaba por lo menos 3 tazas tomadas –no sé de qué- se pide algo de la heladerita y Rosario le alcanza una latita de Coca. Es allí que suelta un “yo auspicio a Coca Cola”, que claramente es en tono de ironía, pero a más de uno le sonó polémico. Aun así, el maestro no se va a dejar llevar por las polémicas y Nostradamus García, que ya había adelantado bastante para esa hora, se desenvuelve con ‘Yendo de la cama al living’. En continuado –y sin estar fuera de programa- la banda, a pedido propio, interpreta el instrumental Despertar de mambo, con unos buenos arreglos de violín.
Lo que sigue, una perlita: ‘Marilyn, la Cenicienta y las Mujeres’, una excelente pieza de la segunda banda de Charly, La Máquina de Hacer Pájaros. Curioso, ya que es una obra que ni siquiera está incluida en ‘60 x 60’, pero aun así la llevó a cabo. Los que estuvimos ahí podemos considerarnos privilegiados, García hacía rato que no interpretaba una de La Máquina. Y como si fuera poco, se la lleva conectada a una versión instrumental de ‘Cinema Verité’.

Cada vez que me preguntan cuál es mi mejor disco, siempre contesto, por una cuestión de tecnicismos y época, ‘Clics modernos’” afirma antes de dar paso a una de las canciones quizá más infravaloradas del disco “Plateado sobre plateado (huellas en el mar)”. Y al revés de cómo hizo al principio, saltamos esta vez a ‘Influencia’, del disco homónimo antes mencionado.
A la hora de hacer este tema, me robé el espíritu de Miles Davis. Me llevó hasta su placard, lo abrí y vi que tenía 20 trajes verdes, todos exactamente uno igual al otro” y se despacha el maestro con este instrumental de Serú Girán. Es gracioso ver cómo va jugando con los 3 pianos que lo rodean, además de otro que se encontraba a un costado. “Bueno, yo decía que Los Dinosaurios iban a desaparecer… ¡y desaparecieron!” dice antes de salirse con este temazo, que cantamos a coro todos y cada uno de nosotros. La violinista se manda un solo espectacular y derechito nomás se conecta con una extraña versión de No toquen, como para volver a agarrar al Rock por las piernas. Y como cierre de esta segunda etapa, el tema más urbano de Charly, ‘Fanky’, donde todos nos soltamos y empezamos a bailar, sin parar.
Mr. Say No More se va de escena, junto con toda su orquesta, y el público –siempre insaciable-, reclama más y más, un último tema, un último tema. ‘Borombon bón/Borombon bón/esta es la banda/de Say No Mooooore’, ‘Olé, olé, olé, olé, Charlyyy, Charlyyy’ se escucha. Y escucharon.

La banda sale a escena por última vez. “Así como George Harrison en su momento trató de unir Oriente con Occidente tocando el sitar, yo traté de unir el Rock con el Tango en este disco”, así es como da paso a ‘Piano Bar’. La cual, una vez terminada, da paso a un final brillante, a toda orquesta, con ‘Eiti Leda’ (¡como si hicieran falta más clásicos!).
El show acaba. No hay nada más que decir. Nos queda una última imagen de Charly, tocando el piano, con una sonrisa, esa sonrisa mezcla de picardía, simpatía, alegría, tranquilidad por volver a estar en su espacio, con su gente, sus aplausos, sin un solo desperfecto. Lo saludamos a él y a toda su banda (el Negro García López en guitarra, el Zorrito Vön Quintiero en teclados, su banda The Prostitution en guitarra secundaria, bajo y batería, y la orquesta dirigida por Alejandro Terán) que coronaron un concierto magnífico y un genial cierre de gira. Desde el Luna Park, la dimensión desconocida, para la República Argentina, en un viaje espectacular, nada más que decir. Say No More.